El Bond mas tosco y frió de la historia esta de regreso, aunque en 007: Operación Skyfall deja de lado un poco de la rudeza que lo ha caracterizado en las ultimas dos películas de la franquicia para ganar en elegancia, un calificativo que poco se ajustaba al personaje últimamente.
¿COMO VIENE LA MANO?: Luego de un comienzo digno del mas puro cine pochoclero de nuestra época, James Bond (Daniel Craig) es herido sin querer por su nueva compañera en los trabajos de campo (Naomie Harris). Bond es dado por muerto y la misión que tenían que cumplir, recuperar un disco rígido con la información de todos los agentes infiltrados en organizaciones terroristas, no puede ser cumplida. Tres meses después Bond, que sobrevivió al accidente pero permaneció alejado de todo por un tiempo, al ver que la sede del M16 fue victima de un atentado terrorista, decide volver al trabajo. Se presenta ante M (Judi Dench) en un estado deplorable y esta le dice que si quiere volver al servicio debe realizar todas las pruebas de incorporación nuevamente. Luego de estas pruebas, M le da la noticia de que ha pasado los exámenes satisfactoriamente (aunque en realidad reprobó todo), por lo tanto 007 se pone en marcha e intenta averiguar quien fue el causante del atentado al M16. Aparentemente se trata de alguien del pasado de M, todo indica que es alguien que busca venganza por alguna razón, y al ser las oficinas del M16 vulnerable a los ataques, deciden mudarlas temporalmente bajo tierra. Antes de comenzar su próxima misión, Bond conoce al nuevo y muy joven Q (Ben Whishaw) quien le da el equipo necesario para su trabajo. El malo detrás de todo esto resulta ser Silva (Javier Bardem), un ex agente que supo estar bajo el mando de M en el pasado, y ha regresado para cobrar venganza de su ex líder por haberlo dejado abandonado en aquel entonces.
James Bond
